Después de meses de intenso calor, hoy al despertar una serena y fresca brisa invadió mi habitación, y me sentí triste.
Con la llegada del otoño, en la ciudad se esparce una brisa de nostalgia y en cada esquina aparecen los recuerdos, con la caricia de una helada brisa al atardecer y la reconfortante idea, de que los días pasados, siempre serán mejor que los días futuros.