16 enero, 2014

Agunos bajan, Otros suben.




En los últimos días, mi locomotora ha dado un giro abrupto y se desvió de las vías en las cuales venía transitando tranquilamente hace un par de años.
Entendí que ningún pasajero invitado a pasear en ella se quedará allí para siempre.
Entendí que veré mil rostros ir y venir, y conoceré menos del uno por ciento de todos ellos.
Entendí que, en realidad, no estaré sabiendo nada acerca de nadie.
Entendí que me tocarán días soleados. Y días de lluvia.
Entendí que algunas veces transitaré más lentamente. Y, otras tantas, con velocidad.
Entendí que podré detenerme a veces sin ganas de continuar.
Entendí que el viaje es largo y estuve perdiendo el tiempo sin poder disfrutar del paisaje que minuto a minuto va quedando detrás. Lejos. Muy lejos en un punto perdido al que no se puede regresar.
Entendí que están aquellos que se han bajado por propia voluntad y, además, esos otros que yo he invitado a retirarse.
Así como estarán aquellos esperando en futuras estaciones.
Entendí que en esta travesía el destino obsequia el boleto, pero yo autorizo con quien seguir.
Entendí que has estado sentada en un rincón desde un indeterminado vagón casi sin causa y el retrovisor empañado de falsas esperanzas no ha dejado contemplarte.

16 noviembre, 2013

El paso del tiempo



No puedo ni quiero evitar ser una romántica. Pero quizás me haya equivocado de época. En los tiempos que corren, es más fácil fingir que sentir, aparentar que ser. Quizás deba rendirme. Dudo. Optaré por quedarme en el rincón favorito de mi mente, donde todo momento está ocupado por pensamientos profundos y sonrisas vacías, y me dejaré llevar por el asfixiante caminar del paso de los días. Y todo se volverá más tenue, incluso los sentimientos.

12 noviembre, 2013

Cambios.




Cada día, cada hora, a cada minuto...un día puedes pensar algo y a la mañana siguiente justo lo contrario. Un lunes  cualquiera te levantas y, después de haber convivido en clase con esa chica a la que nunca pensaste hablarle, ese día hablan y resulta que es agradable estar con ella. Un mes de noviembre normal y corriente decides que ya no puedes soportar vestirte más de negro y decides ponerle color a tu vida. Una semana como otra cualquiera piensas y descubres que ya no eres la persona que fuiste tiempo atrás.

La gente cambia. El tiempo pasa. ¿Y a quién le importa?

Como si fuera yo la única que se da cuenta...
Queda prohibido cualquier tipo de reproducción, distribución, o trasformación, total o parcial de esta obra; sin previa autorización del autor. - Daniela May ©

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