Desde que empezó a atardecer todo me sabe a
despedida. Miradas y sonrisas forzadas, abrazos que en otro momento no darías,
recuerdos de un día anterior en el que reías y disfrutabas, a una mayor
distancia del interludio.
No
todo el mundo se toma una pequeña despedida, un paréntesis en una supuesta
larga historia, de la misma forma. Quizás por suerte, quizás por desgracia. Los
hay positivos, los hay depresivos, los hay negativos, los hay que se alegran de
despedirse...yo soy del bando más catastrófica y tremendista, y no puedo
evitar pensar, que pase lo que pase, el tiempo será lento, infinito y difícil
de llevar...
Pd: No sé cuántas veces habré mirado el
calendario desde hace una semana, pero seguramente más que en toda mi vida.