20.11.25

Eco



Cuando el crepúsculo cae, la tristeza se desliza en mi piel.  Frío y silencioso.

Es un eco del pasado arrastrado por las sombras del ocaso que me llevan a las sombras donde las promesas del día se rompen en cristal.

La luz muere con dignidad, tiñendo el aire de una pureza rota, de una calma azul cobalto.

Es un silencio que se siente, más que se escucha; el peso de todas las palabras no dichas y los rostros que ya no están.

Y mientras me hundo en la profunda tinta que lo envuelve todo, entiendo que esta caída también es una forma de belleza.

Que este instante fugaz, frío y silencioso, no es la derrota, sino el retrato quieto de lo que significa haber vivido un día.


Nota: Es probable que de ahora en adelante publique en este espacio mis actividades de escritura creativa.

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